El nuevo aeropuerto de Berlín estaba previsto que se inaugurara en 2011, sin embargo, una serie de errores en el diseño original ha ido postergando el corte de la cinta roja durante años y parece que habrá que esperar hasta 2021 para que pueda empezar a recibir a aviones y pasajeros.
UN SOBRECOSTO INSOPORTABLE
Originalmente se esperaba que el aeropuerto, financiado por la ciudad, el estado y la nación, costara 2.250 millones de dólares. Sin embargo, los costos estimados actuales llegarán a los 8.200 millones de dólares, una cifra que sigue aumentando cada día que pasa con los costes de mantenimiento y solventando nuevos errores en el diseño que van apareciendo como en el sistema de alarmas contra incendios, más de 90 metros de cable que fueron instalados incorrectamente, 4.000 puertas que fueron numeradas erróneamente, escaleras mecánicas que eran demasiado cortas, escasez de mostradores de check-in...
Fuente foto: Ni Na
SIN BIM
El principal fallo que han encontrado los que han estudiado el caso es que la empresa aeroportuaria de Berlín, en lugar de designar a un contratista general para dirigir el proyecto, decidió administrarlo ellos mismos a pesar de no tener experiencia con una construcción de esa escala.
Se trata de un claro ejemplo de falta de coordinación entre los actores y entre las etapas de los proyectos, escaso uso de tecnologías que optimizan el flujo de información y falta de comprensión acerca de la importancia de los costos de operación de una infraestructura en la fase de diseño.
Es decir, justo todo para lo que ha surgido BIM y que probablemente habría hecho que el aeropuerto Internacional de Berlín-Brandeburgo Willy Brandt, que así se llama el aeródromo, ya estuviese en funcionamiento o, por lo menos, habría reducido los costes considerablemente y unirse al amplio grupo de casos de éxito en los que se ha aplicado BIM.
Mientras en Alemania, sigue creciendo la crispación en torno al proyecto del aeropuerto que ya ha pasado a ser motivo de chiste por parte de los propios berlineses.